Treponema pallidum



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SÍFILIS
Desde el descubrimiento de la penicilina, la sífilis no sólo puede prevenirse, sino también tratarse. A pesar de ello, esta enfermedad sigue constituyendo un problema mundial, con una incidencia estimada de 12 millones de personas infectadas cada año. Las mujeres gestantes infectadas por sífilis pueden transmitir la infección al feto, provocándole sífilis congénita, que conlleva efectos adversos graves para el embarazo en hasta el 80% de los casos.
La sífilis congénita es una afección grave, pero prevenible, que puede eliminarse mediante el cribado eficaz de la sífilis en mujeres embarazadas y el tratamiento de las infectadas. Afecta a un número de recién nacidos mayor que cualquier otra infección neonatal, incluida la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el tétanos, que son objeto de atención mundial en la actualidad. A pesar de ello, la carga de la sífilis congénita sigue estando infravalorada tanto a nivel nacional como internacional.
A diferencia de muchas infecciones neonatales, la sífilis congénita puede prevenirse de forma eficaz mediante el sometimiento a pruebas de detección y el tratamiento de las mujeres embarazadas, lo cual, además de ofrecer ventajas inmediatas para la madre, permite localizar y ofrecer tratamiento a las parejas posiblemente infectadas.

La sífilis es una enfermedad sistémica de transmisión sexual causada por la bacteria espiroqueta Treponema pallidum. Si no se trata en su etapa primaria aguda se convierte en una enfermedad crónica.


La sífilis presenta tres estadios:
Estadio primario: comienza 21 días (intervalo: 10–90 días) después de la infección; la persona infectada desarrolla una úlcera genital indolora durante 2–6 semanas.

Estadio secundario: se caracteriza por erupciones cutáneas por todo el cuerpo, frecuentemente con fiebre y dolor muscular. Este estadio, que también dura 2–6 semanas, va seguido de una fase latente de muchos años, durante la cual no se observan signos ni síntomas. Sin embargo, incluso durante esta fase, las espiroquetas pueden circular ocasionalmente en la sangre, si bien la frecuencia es cada vez menor a medida que va pasando el tiempo; como resultado, prácticamente todos los órganos del organismo pueden resultar infectados.



Estadio terciario: se inicia varios años o decenios después de la infección, y puede adoptar la forma de neurosífilis (que afecta al cerebro o la médula espinal), sífilis cardiovascular (que afecta a la aorta y el corazón) o sífilis tardía benigna (que afecta principalmente a la piel). Estas complicaciones se desarrollan en cerca del 40% de las personas con infección latente a falta de tratamiento antibiótico.
La probabilidad de transmisión está directamente relacionada con el estadio de la sífilis materna durante el embarazo o el estadio del embarazo al adquirir la infección. En la sífilis materna temprana, la tasa de transmisión materno-fetal puede alcanzar el 80%, mientras que en la sífilis tardía la infectividad se reduce. La concentración de espiroquetas en la sangre es máxima durante los dos primeros años tras la infección, a partir de los cuales va disminuyendo lentamente como resultado de la inmunidad adquirida. Así pues, el riesgo de infección para la pareja sexual es máximo durante los dos primeros años y desaparece casi por completo posteriormente; sin embargo, el riesgo de transmisión materno-fetal perdura.
REPERCUSIONES MATERNAS DE INFECCIÓN POR SIFILIS DURANTE EL

EMBARAZO
Los resultados del embarazo en estas mujeres son similares a los de las mujeres sin sífilis. El tratamiento puede llegar a consistir simplemente en una única dosis de penicilina (2,4 millones IM), ampliamente disponible en ámbitos de la atención primaria de salud. Si se administra en un momento temprano del embarazo, el tratamiento de la madre evita de forma eficaz la infección del feto. Incluso en mujeres con sífilis de larga duración, cuyo tratamiento consistiría en tres dosis semanales de penicilina, una sola dosis de este fármaco evitaría la infección del feto. El curso de la infección materna no parece verse alterado por el embarazo.
MEDIOS DIAGNÓSTICOS
Dado que la infección por sífilis puede tardar de 10 a 45 días en ser detectable por análisis de sangre, una prueba inicial negativa no garantiza la ausencia de infección. Para poder detectar la enfermedad en todos los casos, incluso cuando la madre se encuentra en fase latente, la Sección Española de Medicina Perinatal y la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología en sus protocolos asistenciales recomiendan la realización del despistaje sistemático de la lúes en la consulta preconcepcional y en toda la población gestante, ya que se cumplen todos los criterios requeridos para el cribado de una enfermedad: incidencia alta, dco sencillo y seguro, riesgo de transmisión fetal alto, prevención y tto eficaces.
Habitualmente se realizan pruebas serológicas inespecíficas (no treponémicas) en suero materno, como puede ser el VDRL (Venereal Disease Research Laboratories) o la RPR (Rapid Plasma Reagin) para demostrar la existencia de anticuerpos.
La sensibilidad de estos tests es del 75% en los casos de sífilis primaria y próxima al 100% si la sífilis está en fase secundaria. Aunque la especificidad de estas pruebas, en ausencia de otra patología, es alta, en los casos en los que son positivas se realizará un test de confirmación con una prueba específica para el treponema, como la FTA-ABS (Fluorescent Treponemal Antibody Absortion) o bien la TPHA (Treponema Pallidum Hemaglutination Antigen). Estas técnicas son más sensibles y específicas, pero tienen el inconveniente de que son demasiado caras para utilizarlas para el despistaje.
En la población de bajo riesgo se realizará una única determinación en la consulta previa al embarazo y en la analítica del primer trimestre de gestación. Si la gestante es de alto riesgo (drogadicción, promiscuidad sexual...) es recomendable repetir las determinaciones en los controles analíticos del segundo y tercer trimestre y en el parto.
CUIDADOS DURANTE EL EMBARAZO PARA PREVENIR LA SIFILIS


La prevención de la transmisión de la sífilis de la madre y madre-hijo constituye un objetivo específico a nivel mundial, que se puede lograr reforzando los programas de atención prenatal para garantizar:


• Una atención prenatal temprana para todas las mujeres, con cribado sistemático de la sífilis y tratamiento inmediato de las infectadas.

• El tratamiento de todas las parejas sexuales de las mujeres infectadas, la promoción de uso de preservativos durante el embarazo y el asesoramiento a todas las mujeres sobre cómo prevenir la infección.



• La administración de una única dosis de penicilina como tratamiento profiláctico a todo recién nacido de madre positiva por RPR.
PERIODO MÁS VULNERABLE DEL DESARROLLO FETAL
Los microorganismos infecciosos (T. pallidum) en la sangre de una mujer embarazada pueden pasar al feto, especialmente en la fase temprana de la infección (denominada sífilis primaria). La mayor parte de las mujeres con sífilis de menos de un año de duración transmitirán la infección al feto. Si bien la infección es transmisible al feto a partir de las nueve semanas de gestación, la transmisión suele tener lugar entre la 16ª y la 28ª semana del embarazo. La probabilidad de transmisión está directamente relacionada con el estadio de la sífilis materna durante el embarazo o el estadio del embarazo al adquirir la infección.
En la sífilis materna temprana, la tasa de transmisión materno-fetal puede alcanzar el 80%, mientras que en la sífilis tardía la infectividad se reduce. La concentración de espiroquetas en la sangre es máxima durante los dos primeros años tras la infección, a partir de los cuales va disminuyendo lentamente como resultado de la inmunidad adquirida. Así pues, el riesgo de infección para la pareja sexual es máximo durante los dos primeros años y desaparece casi por completo posteriormente; sin embargo, el riesgo de transmisión materno-fetal perdura.
Cuanto más reciente es el contagio materno más fácil es que se produzca la transmisión al feto. En gestantes no tratadas con sífilis primaria o secundaria, la posibilidad de transmitir la infección al feto se aproxima al 100%, con una mortalidad asociada del 50%.


BIBLIOGRAFIA:


  • Manual de Fundamentos de Obstetricia. Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia.

  • J.A.Usandizaga. Manual de Obstetricia.

  • Eliminación Mundial de la Sífilis Congénita: Fundamentos y Estrategias para la acción. OMS. 2008. Disponible en: http://whqlibdoc.who.int/publications/2008/9789243595856_spa.pdf

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